La semana pasada hablábamos por aquí de las víctimas de ciberacoso, pero faltaba un enfoque: ¿qué pasa con las personas que ciberacosan? Cuando hablamos de estos temas siempre solemos hablar solo de víctimas, pero ¿qué pasa con los verdugos?
Eso es lo que hemos decidido hacer en el capítulo 13 de El Enemigo Anónimo, en el que analizamos el perfil de los ciberacosadores, sus rasgos más característicos, sus formas de actuar y las consecuencias de todo ello.
Retrato robot del ciberacosador: hombre, inseguro y obsesivo
Dibujemos el perfil del ciberacosador medio. En cuanto al sexo, un estudio de Pew Research lo deja claro: los hombres acosan más que las mujeres. Este dato complementa otro del que ya hablamos en el capítulo anterior: las víctimas son mayoritariamente mujeres.
Otro estudio, en este caso el 2019 Cyberbullying Data, muestra una tendencia similar: las estudiantes de Estados Unidos se reconocen más como víctimas de ciberacoso, mientras que en ellos prepondera la posición contraria.
Podríamos pensar que estos patrones se dan solo entre adolescentes y adultos, pero lo cierto es que en edades infantiles pasa lo mismo. El informe Yo a eso no juego, elaborado por Save the Children, muestra que, entre los niños, el 6,3% ha acosado a otras personas y el 3,5% ha ciberacosado, unas cifras que en el caso de las niñas bajan hasta el 4,5% y 3% respectivamente.
¿Qué rasgos caracterizan a un ciberacosador? Eso es lo que se preguntó hace pocos meses el Observatorio Indefesa preguntando a los jóvenes. La inseguridad y la falta de respeto juegan un papel importante, sin olvidar otro aspecto interesante: quizá un acosador esté sometido a episodios previos de violencia o abusos en su propia casa, con lo que el acoso es su forma de responder ante ello.
Varias de estas visiones coinciden con las de las personas que hemos entrevistado en El Enemigo Anónimo, cuyas opiniones resumimos a continuación:
- Sara García Antúnez: «Normalmente son caracteres introvertidos, que tienden al aislamiento social, se respaldan en el grupo y son muy obsesivos».
- Mar España: «Suelen ser personas con baja autoestima, inseguras y con una necesidad insatisfecha de reconocimiento».
- Mónica Valle: «Hay ocasiones en que los acosadores también están sufriendo algún tipo de violencia o están en algún entorno complicado».
- Selva Orejón: «No son del todo conscientes del daño que generan porque no acaban de empatizar. Muchas veces no puedes apelar a su razón, porque están absolutamente fuera de sí».
Los ciberacosos más frecuentes: insultos, amenazas, acoso sexual…
Si nos fijamos en los tipos de ciberacoso, el abanico es bastante amplio. La investigación Online Hate and Harassment: The American Experience, realizado por la Anti-Defamation League (ADL) de Estados Unidos, así lo aseveró cuando preguntó a las víctimas qué circunstancias de acoso habían sufrido.
En el ámbito infantil, según el estudio de Save the Children antes mencionado, el abanico cambia medianamente, pero sigue siendo amplio:
Si analizamos los motivos por los que se produce el ciberacoso, de nuevo, el abanico es bastante amplio, como demostró el informe de la ADL:
¿Qué se le puede decir a un ciberacosador?
Analizados los datos, la pregunta ahora está clara: ¿qué se le puede decir a un ciberacosador? ¿Se puede hacer algo para que deje de acosar o, al menos, para que sea consciente de lo que hace? Este es el resumen de lo que nos han contado las personas a las que hemos entrevistado:
- Sara García Antúnez: «Aunque se crean anónimos, hay técnicas para averiguar quiénes son. Que esto es un delito y tiene una serie de consecuencias, incluso penas de prisión de hasta dos años que, si se juntan con otros delitos, pueden elevarse a más».
- Ofelia Tejerina: «Le diría que buscara noticias sobre ciberacosadores que han sido no solo encontrados, sino también juzgados y condenados. Porque son muchos».
- Patricia Martín: «El código penal tiene previstas condenas de privación de libertad desde seis meses hasta incluso tres años».
- Jorge Louzao: «Que sepan que enfrente está la Policía, la Guardia Civil y gente como yo. Nos van a tener siempre enfrente y van a acabar cayendo. Es cuestión de tiempo, el anonimato no existe».
Para aquellos a lo que todo esto les dé igual, en definitiva, nos quedamos con la definición de ciberacosador que hace Elsa Ruiz: «Una persona que lanza odio continuado contra otra en redes sociales es como uno que va un día a un bar, no le gusta el pincho de tortilla que ha pedido, ha dicho a voz en grito que ese bar es una birria… pero al día siguiente vuelve, se pide otro pincho de tortilla y vuelve a quejarse de lo birria que es«.